El presidente de EE. UU., Joe Biden, lanzó el jueves una iniciativa para combatir los delitos con armas de fuego, para lo que pidió un aumento de las condenas para delincuentes violentos y más esfuerzos para rastrear el flujo de armas ilegales y perseguir su venta.
Biden visitó la ciudad de Nueva York y se entrevistó con el nuevo alcalde, Eric Adams, un ex capitán de policía, quien en su primer mes en el cargo tuvo que lidiar con el asesinato de dos policías y el tiroteo de otro.
“Hoy, el secretario de Justicia ordenó a todos los fiscales federales en Estados Unidos que prioricen la lucha contra el tráfico de armas a través de las fronteras estatales y urbanas”, declaró Biden luego de una reunión con funcionarios en la sede del Departamento de Policía de Nueva York.
El mandatario no dio detalles sobre alguna otra iniciativa que busque controlar la posesión de armas, pero dijo que los fabricantes de armas «tienen que rendir cuentas».
Este comentario se da después de que el Gobierno de México presentara en agosto del año pasado, ante un tribunal de Boston, una demanda contra los principales fabricantes de armas estadounidenses por facilitar «flujos ilegales de armas transfronterizas».
El Ejecutivo mexicano culpa a estas empresas de “alimentar la violencia desenfrenada relacionada con las drogas” que se vive en el país.
El presidente comprometió 350 millones de dólares a ciudades de todo el país para enfrentar una ola de delincuencia que ha aumentado durante los dos años de pandemia del COVID-19.
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