El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comenzará el miércoles su gira por Oriente Medio, con varios desafíos por delante, en un contexto de crisis de los precios del petróleo y, sobre todo, marcado por los frustrados esfuerzos para rescatar el acuerdo nuclear con Irán.
La Voz de América le explica en qué consiste y cuál es la relevancia de la visita del presidente estadounidense a esta región, en su primer viaje allí desde que asumió el cargo en enero de 2021.
¿Qué incluye la visita?
El viaje de cuatro días a mediados de julio comenzará en Israel, donde Biden se reunirá con líderes israelíes. También llevará a cabo conversaciones en Cisjordania con la Autoridad Palestina para transmitir su apoyo a una solución de dos Estados entre las partes enfrentadas.
Desde Israel se dirigirá a Jeddah, la ciudad saudí vista como puerta de entrada a dos de los lugares más sagrados del Islam, La Meca y Medina. Israel y Arabia Saudita no tienen vínculos diplomáticos y este será el primer vuelo directo de un presidente estadounidense desde Israel a un Estado árabe que no reconoce al país hebreo, luego del histórico vuelo del expresidente Donald Trump de Riad a Tel Aviv en 2017.
En Jeddah, se reunirá con los líderes de ese reino rico en petróleo, entre ellos el príncipe heredero, quien es visto como el impulsor clave de la política y líder de facto una de las últimas monarquías absolutas y uno de los países más importantes del mundo.
“El presidente verá a más de una docena de líderes en este viaje, incluido el rey Salman y el liderazgo de nuestros anfitriones saudíes para la Cumbre [del Consejo de Cooperación del Golfo más Egipto, Irak y Jordania]”, informó la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre. «Sí, podemos esperar que el presidente también vea al príncipe heredero».
¿Cuál es la visión de Biden?
Joe Biden asumió el cargo con la intención de reformar la política exterior de Estados Unidos en Medio Oriente, dando prioridad a la promoción de la democracia y los derechos humanos. Pero en realidad, le ha costado en varios frentes diferenciar significativamente su estrategia de la del expresidente Donald Trump.
La visita de Biden a la región esta semana incluye una reunión con el rey Salman de Arabia Saudí y el príncipe heredero Mohammed bin Salman, el líder de facto del reino petrolero que —según la inteligencia estadounidense— aprobó el asesinato en 2018 del periodista estadounidense Jamal Khashoggi en Turquía.
Como candidato, Biden se había comprometido a recalibrar la relación de Estados Unidos con Arabia Saudí, a la que describió como una nación “paria”, en contraste con la actitud más complaciente de Trump, que pasó por alto el historial de derechos humanos del reino y aumentó las ventas militares a Riad.
Pero ahora Biden parece estar pensando que se gana más cortejando al país que aislándolo.
Respecto a Israel, la primera parada de su gira por Oriente Medio, de nuevo, su postura se ha suavizado desde las firmes declaraciones que hizo cuando se presentó a la presidencia.
Como candidato, Biden condenó la política del gobierno de Trump sobre los asentamientos israelíes en Cisjordania. Como presidente, ha sido incapaz de presionar a los israelíes para que detengan la construcción de asentamientos y no ha ofrecido ninguna iniciativa nueva para reanudar las conversaciones de paz entre Israel y los palestinos, estancadas desde hace tiempo.
Biden también ha respetado la decisión de Trump de 2019 que reconoce la soberanía de Israel sobre los Altos del Golán, que revirtió más de medio siglo de política estadounidense.
¿Se busca contrarrestar la influencia de Irán?
La amenaza de Irán es uno de los principales incentivos para que Israel y los países árabes trabajen más estrechamente, y es probable que el tema sea uno de los principales temas de las reuniones de Biden.
Una cuestión clave es encontrar la mejor manera de evitar que Irán desarrolle un arma nuclear, algo que se cree que está más cerca que nunca de lograr. Biden quiere renovar el acuerdo nuclear que alcanzó el presidente Barack Obama en 2015 y que Trump abandonó en 2018, pero las negociaciones parecen haberse estancado.
Por otra parte, ha habido bastante actividad diplomática regional entre los líderes de Arabia Saudita, los Emiratos Árabes Unidos, Jordania y Egipto antes de la visita de Biden.
El rey Abdulá de Jordania dijo que considera a su país como un “socio” de la OTAN, porque ha trabajado estrechamente con la alianza y sus tropas han combatido “codo a codo” con las fuerzas de la OTAN en el pasado.
El analista Amer Al Sabaileh, del Stimson Center, en Washington, dijo a la Voz de América que Arabia Saudita quiere ver contenido a Irán.
“Los sauditas no quieren ver de nuevo un acuerdo nuclear con Irán sin que se tome en cuenta su presencia”, explicó Al Sabaileh, y añadió que Riad lleva mucho tiempo preocupado por “las políticas agresivas y hostiles de Irán en la región y por la capacidad balística de Teherán”.
Kim Ghattas, del Carnegie Endowment for International Peace, expresó en un evento que hay muchas tensiones con Irán y se pregunta si es posible llegar a algún acuerdo nuclear.
“Hay mucha coordinación regional entre EEUU e Israel, Arabia Saudita, los Emiratos, Egipto y Jordania para tratar de contener un aumento de las tensiones con Irán”, dijo Ghattas.
Según ella, “Irán está acorralado. No recibe dinero (por) las sanciones y ha visto a los aliados de EEUU en la región y a los países que han sido enemigos (como Arabia Saudita y los Emiratos) acercarse en público o en privado. Estamos observando una especie de movimiento regional que permite (el arrinconamiento de Irán, incluso ni no hay un acuerdo nuclear”.
Otro analista, Aaron David Miller, del Carnegie Endowment for International, señaló que aunque “el petróleo es claramente un catalizador estratégico geopolítico” para el viaje de Biden, él no ve un cambio grande en la producción de crudo a corto plazo.
¿Cuál será el impacto de su visita?
Las reuniones de Biden podrían tener algún impacto, dijo Brian Katulis, vicepresidente de política del Middle East Institute.
“Creo que lo principal es ver cómo el presidente Biden y su equipo intentan estabilizar la relación entre Estados Unidos e Israel, así como Arabia Saudita, y luego ampliar su alcance diplomático con otros países árabes clave”, dijo a la Voz de América.
Washington se ha involucrado en una diplomacia silenciosa para expandir los Acuerdos de Abraham, el tratado promovido por la Administración Trump para que los Estados árabes normalicen las relaciones con Israel.
“Creo que ese camino es probablemente bastante largo. Y me sorprendería si vemos algún gran avance en ese frente”, agregó Katulis.
El gobierno de Biden “ha tenido esta política bastante confusa de continuidad en muchos temas de Trump, el camino de menor resistencia en muchos temas diferentes, incluyendo Jerusalén, el Golán, el Sahara Occidental, y la mayoría de los otros asuntos”, señaló Natan Sachs, director del Centro de Política de Oriente Medio en la Institución Brookings a AP.
“Biden llega, en esencia, haciendo una elección”, dijo Sachs. “Y la elección es abrazar la arquitectura regional emergente”.
* Con información de AP y de los corresponsales de la VOA, Dale Gavlak, Anita Powell y Patsy Widakuswara.
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